Las acciones específicas en función del tipo de mineralización de las aguas son:
Cloruradas (vía tópica): estimulantes sobre las funciones orgánicas y metabólicas,mejoradoras del trofismo celular y de los procesos de cicatrización y reparación tisular, y favorecedoras de la circulación sanguínea y linfática.
Sulfatadas (vía oral): purgantes, coleréticas, colagogas y estimulantes del peristaltismo intestinal.
Bicarbonatadas (vía oral): antiácidas; aumentan la actividad pancreática; favorecen el poder saponificador de las grasas por la bilis; hepatoprotectoras; favorecen la glucogenosis y la movilización y eliminación de ácido úrico en la orina.
Carbogaseosas (vía oral): por vía oral facilitan la digestión, enmascaran los sabores,estimulan la secreción y la motilidad gástrica, facilitan la función intestinal. Por vía tópica tienen acción vasodilatadora y disminuyen el dintel de la temperatura.
Sulfuradas (vía oral, atmiátrica y tópica): activan los procesos óxido-reductores y tienen efectos antitóxicos, antialérgicos y mejoradores del trofismo, así como acción reguladora de las secreciones.
Ferruginosas (vía oral): activan la eritropoyesis y las funciones oxidativas tisulares,mejorando el trofismo tisular.
Radiactivas (vía oral, atmiátrica y tópica): sedativas, analgésicas, antiespasmódicas, decontracturantes y reguladoras del sistema nervioso vegetativo.
Con mineralización inferior a 1 g/l (vía oral): efectos diuréticos; acción mecánica de lavado y arrastre de sedimentos que dificulta todo tipo de calculosis.